Empate a cero en el ciudad de Tudela en el partido que enfrentaba a los de Oriol Riera contra el Arenas de Getxo. Uno de los invitados y residente en el valle del Ebro fue el cierzo. Su intensidad imposibilitó el trabajo de los contendientes. En especial a los locales que fueron los que desde el inicio del partido, propusieron sin recompensa. No era la tarde para elaborar juego. Más bien se presumía que cualquier error del contrario o un golpe de suerte, desequilibraría la balanza. Uno de estos golpes de fortuna se repartió entre los dos equipos. Una porción para el visitante Bengoetxea, que con la ayuda de la protagonista ventolera, disparo a portería encontrándose con la cruceta de la meta rival. Santamaría agradeció la puntería del vendaval cuando ya estaba batido.
En la segunda parte, con la inclemencia a favor del Tudelano y espoleado por la necesidad del que juega ante los suyos, apretó al Arenas creando peligro, pero sin la fortuna necesaria para desnivelar la balanza. Ni Prats ni Adighibe pudieron perforar la portería de Landeta. El trabajo del equipo de la avenida de las Merindades fue irreprochable durante todo el partido. Defensivamente es un muro. Los goles llegarán más pronto que tarde. Si el cierzo no lo impide.