Los blanquillos no lograron sumar en casa del líder
El Tudelano lo intentó sin fortuna y cayó con honor en Las Llanas, obligando a un Sestao lanzado a por el ascenso a mostrar la mejor de sus versiones. Los sestaotarras, espoleados por su afición en medio de un gran ambiente que la incesante lluvia no deslució, reforzaron su liderato gracias a una merecida victoria ante uno de sus más inmediatos perseguidores y al frenazo del Utebo.
Los rivertzales comenzaron la contienda con ímpetu y claridad de ideas, encerrando a los riberos a base de centros laterales hasta la consecución del primer gol, obra de Leandro con un magistral testarazo a los 25 minutos. A partir de ahí, pudo verse otro partido. A punto estuvo Oier Sarriegi de ampliar sus sorprendentes registros de anotación en la jugada inmediatamente posterior al tanto local, pero su disparo topó con un acertado Iván Crespo.
Los de Oriol consiguieron deshacerse paulatinamente de la presión de los verdinegros, que, a pesar de perder la superioridad y la posesión del esférico, supieron, aunque de manera más aislada, generar peligro a base de intensidad hasta el final del duelo.
Estiró líneas el Tudelano, sobre todo en un segundo acto en el que el impecable ejercicio defensivo del Sestao justificó su destacada posición en la tabla. A pesar de no lograr ocasiones de gol someras, en buena medida por la falta de acierto en los metros decisivos, los blanquillos denegaron la comodidad al equipo local, que sentenció el choque en el descuento a merced de una pena máxima cometida por Pape cuando los albinegros se habían volcado en terreno rival en busca del empate.
El técnico blanquillo hizo una lectura positiva tras la derrota, poniendo en valor el desgaste y esfuerzo hasta el pitido final de los suyos, en un estadio del que muy pocos han logrado salir indemnes. La clave para el míster fue el dominio de las áreas, aspecto en el que los locales fueron netamente superiores.
Sestao
