La tarde de ayer nos dejaba un duelo en la parte alta de la clasificación. Nuestros blanquillos se enfrentaban a todo un Utebo al que cuesta hacerle heridas en su fortín.
El pitido inicial marcaba el arranque de una batalla constante por los tres puntos. Los de Utebo no tardaron en pegar el primer golpetazo que dejaba a los riberos en la lona por momentos. Marín fue el encargado de meter el miedo en el cuerpo a los navarros allí presentes, rematando un gran centro desde la esquina para poner el primer tanto del partido y dar ventaja a su equipo.
La reacción por parte de los visitantes no se haría de rogar. Con el paso de los minutos el Tudelano fue ganando metros y acercándose a la portería rival . En una excelente internada al área de Joel, el ariete salió trastabillado y el colegiado principal, sin dudarlo, señaló la peña máxima. El valenciano aprovechó la oportunidad para engañar a Chanza y anotar el primer gol para los nuestros. El empate supuso para nuestros blanquillos un nolotil contra el dolor agudo. Tanto fue así que, tres minutos más tarde, el rifle volvió a anotar. El segundo llegaba tras un un auténtico golazo. De primeras y tras un centro raso, el balón se colaba por la escuadra derecha de la portería de los azules que veían como se tornaba en contra el partido.
Tras el tiempo de descanso la tónica era la misma. Los riberos continuaban buscando el gol. Al poco tiempo de comenzar, el colegiado anuló por fuera de juego un tanto de los barbos que se cuajó con un testarazo perfecto. Sin embargo, en la jugada siguiente, el mismo señaló una polémica mano de Colau en el área que Diego Suárez se encargaría de transformar para poner la igualdad de nuevo en el marcador. Con ambos equipos protegiendo su valioso punto, Edu evitó el gol del Utebo tras un remate de Jona a bocajarro.
No hubo tiempo para más en Santa Ana, reparto de puntos con sabor agridulce para los nuestros, que tratarán de cambiar el gusto este próximo finde en casa.